Navarro y la Concertación

Hasta hace poco, creí que personeros políticos y parlamentarios de la Concertación eran más inteligentes.
El senador Alejandro Navarro reununció al PS y dejó el bloque hoy opositor, enojado, y ante el enojo de todo el arcoiris. Dio forma a su propio partido, el MAS, y se prepara para su propia contienda en las próximas parlamentarias, arreglándoselas para estar siempre vigente en los medios; desplazándose por todo el país como si fuera un diputado fiscalizador, y hasta descuidando las labores propias de un legislador, a juzgar por el tiempo que emplea en sostener sus acusaciones, con o sin fundamentos.
Pero se sintió solo; se dio cuenta que no tendría el apoyo necesario para seguir en carrera parlamentaria, después de traicionar a la Concertación, y ni mucho menos frente a la eventual postulación de Jacqueline Van Rysselberghe.
Entonces se dio cuenta que sus acusaciones contra la Intendenta acaparó atención y simpatía en las cúpulas partidistas de la conecrtación abandonada, y se mantuvo firme, condujo bien la historia a su modo, y hoy tiene a personeros y parlamentarios de ese conglomerado, actuando como activistas en terreno, muy lejos de sus jurisdicciones, entregándoles un respaldo impensado.
Y la Concertación parece no darse cuenta, porque le sigue el juego. ¡Grande Navarro!
Pero, ¿por qué no actuó con el mismo celo cuando se triangulaban dineros para mejorar los bolsillos de ministros y funcionarios de gobierno, a partir de la Administración Frei?; y ¿por qué no actuó cuando descaradamente se dejó exentos de impuestos los millonarios sobresueldos asignados? ¿o cuando se inventaron contratos y boletas de honorarios para justificar estos ilícitos? Y hay que considerar que en el caso Van Rysselberghe todo tiene que ver sólo con la intención de solucionar un problema habitacional que se arrastra desde los veinte años de concertación.

Lo cierto y lo grave de RN

El miércoles 16, una bandera con la estrella Renovación Nacional al centro, protestaba frente a la Intendencia, desafiante contra el Goberno, bajo una bandera del Partido Comunista, y junto a otra, de la Democracia Cristiana. La foto, de Patricio Mellado, acierto publicado en la web de Radio Biobío, dejó perplejos a cientos de militantes RN, quienes no supieron si su colectividad política, la misma del presidente Sebastián Piñera, había pasado a la oposición, sumándose como en la foto, a los partidos de la Concertación, al PC, DC y al MAS de Navarro.
Lo cierto, es que RN protestaba con las otras colectividades de oposición, contra la decisión del Gobierno de mantener en su cargo a la Intendenta Van Rysselberghe. Pero no todo RN, sino un pequeño grupo de directivos, porque su presidente regional, Claudio Eguiluz coincidía a la misma hora en un Café, también frente a la Plaza, muy cerca de la manifestación, con el diputado Frank Sauerbaum, ambos contrarios a la permanencia de la Intendenta.
Lo grave, es que la militancia de base -salvo algunos- no ha sido informada, consultada ni convocada, lo que debería enviar un mensaje positivo al Gobierno: no todos los manifestantes representan genuinamente a sus bases, ni mucho menos al interior del partido del Presidente Piñera.

¿Fin de los desencuentros?

Tal vez el inminente cambio de Intendente ponga fin a los problemas de convivencia entre los dos partidos de la Alianza, por lo menos en la región.
Porque es dable esperar que el nuevo intendente(a) quiera demostrar que no está dispuesto a mantener la disputa con sus socios de RN, y sin entrar a debate alguno sobre cómo o por qué de los ya odiosos desencuentros, haga los gestos necesarios para un acercamiento.
Por otra parte, también es dable esperar que sea el mandamás de RN en la región quien decida mostrar que no ha sido él el causante de discordia alguna, y busque para ello dar el primer paso para el pronto acercamiento con la nueva autoridad.
A mi juicio, cualquiera de los dos supuestos terminaría siendo positivo, porque en definitiva, una convivencia pacífica y colaborativa terminaría beneficiando a principalmente a la región.
A fin de cuentas, ambos partidos de la Alianza, socios en el triunfo electoral que desalojó del poder a la concertación, sólo deberían apoyar al Gobierno Regional del Presidente Piñera, y buscar su fortalecimiento por el bien del país.

El Senador debe ser consecuente

Es interesante y lastimoso ver y escuchar cómo un Senador de la República ataca en forma desenfrenada a la Autoridad regional, sin la mesura debida y sólo con el propósito evidente de dañar al Gobierno, si es que no es por despecho luego que terminara el breve romance de buenas intenciones y trabajo conjunto.
Pero también es interesante recordar cómo el mismo Senador no se la jugó en contra de las trampas usadas en el pasado por la Concertación de la cual fue uno de sus líderes, cuando en los gobiernos anteriores se triangulaban dineros para mejorar los escuálidos ingresos de ministros y funcionarios públicos; se pagaban honorarios y contratos por tareas inexistentes, y se generaba la documentación necesaria para respaldar estos ilícitos, sin que nadie hiciera nada, y aunque el destino de esas platas llegaran finalmente a financiar campañas.
Aquí no se trata de la ley del empate. Pero, aun sin grabación mediante, yo invito al Senador Navarro a que pida el listado de todas las viviendas reparadas o reconstruidas con fondos de emergencia en otras comunas, como Hualpén, incluyendo una escuela levantada con estos mismos fondos, sin que sufriera daño alguno a causa del 27F. Porque aun sin ser diputado fiscalizador, estoy seguro que podrá recorrer una a una cada casa, para verificar en terreno cómo es que las direcciones de obras certificaron la inhabitalidad, cuando existen otros tantos edificios dañados que siguen abandonados por las autoridades locales de esas comunas. Porque el Senador, además de actuar con la sensatez recomendada por el Ministro del Interior, debe actuar con consecuencia.