viernes, 21 de diciembre de 2007

Promesas Incumplidas y Dictadura


Las promesas incumplidas por el actual Gobierno, no son la única razón por la que muchos chilenos ya no volverán a votar por la Concertación. Y es que durante todos estos gobiernos "democráticos" se ha tratado de tapar los errores administrativos, casos de corrupción y hasta la mala gestión emprendida, con el recuerdo de la dictadura del Gobierno Militar, dejada atrás hace ya 17 años. Francisco Vidal, por ejemplo, en vez de responder por su directa responsabilidad en el caso Chiledeportes, pide explicaciones de lo que hizo o no hizo un otrora funcionario del Gobierno Militar en La Moneda.
Lo más grave, es que la Concertación nos hace pensar a muchos chilenos que los males propios de las dictaduras, como el autoritarismo, el abuso de poder, la corrupción, la negativa a escuchar al ciudadano común... hacen la verdadera democracia, y no sólo la capacidad para elegir por votación popular a quienes asegurarán más tarde que nos representan genuinamente.
Porque la Televisión nos ha mostrado cómo en Santiago la Ministra de Salud se niega a escuchar a pacientes, ciudadanas y ciudadanos, que la encuentran en sus mediáticas visitas a diversos centros asistenciales; y cómo la propia Presidenta se niega al diálogo debidamente adecuado con los deudores habitacionales en riesgo de perder sus viviendas. Mejor aún. En la "democracia" que vivimos podemos ver la realidad cotidiana a nivel de comuna y de barrios, cuando a los alcaldes que no pertenecen a la Concertación no se les atienden sus demandas como sí se hace a manos llenas con las comunas oficialistas.
Y qué decir de las "pequeñas dictaduras comunales", donde la legalidad es perseguida por la ilegalidad; donde los sistemas educacionales y de salud son --con pocas excepciones-- una bolsa de trabajo para pagar el favor político, creando además un ambiente laboral desagradable, donde ya se impone el "soplonaje" y el temor.
Pequeñas dictaduras donde los pobladores son instruidos hasta para que se alejen de sus juntas de vecinos, si sus dirigentes son "no alineados" con la autoridad de turno... y donde apenas hay unos pocos manifestantes que se atreven a salir a la calle con pancartas en las que puede leerse, por ejemplo: "¿de qué democracia hablamos?", o "¡¡Queremos Democracia!! ¡¡No Autoritarismo!!. Entonces, iremos viendo algo así como un descenlace a medida que se acercan las próximas elecciones, donde como piezas de ajedrez los electores irán tomando sus nuevas posiciones, para intentar decidir una vez más, en conciencia, qué autoridades son las que queremos darnos.