jueves, 21 de julio de 2011

AGITADORES




He oído decir que hablar de “agitadores” en medio de las protestas en Dichato es una forma de ceguera ante la imposibilidad de “ver” la realidad de los pobladores que hoy tienen que vivir en aldeas o campamentos de emergencia, o para desconocer la falta de soluciones.

Y es que sólo deseo hacer notar que no cabe explicación alguna para que dirigentes poblacionales que debieran saber actuar racionalmente frente a la realidad, no sean capaces de entender que la magnitud de la destrucción de sus fuentes laborales y viviendas, fue causada por la Madre Naturaleza, y no por el Gobierno que trata de hacer lo mejor para enfrentar las necesidades de las víctimas.

¿No son agitadores los que en este escenario buscan provecho político para desestabilizar al Gobierno, como lo hacen otros irracionales que empujan a los estudiantes a rechazar cualquier propuesta antes de que éstas se conozcan?

jueves, 14 de julio de 2011

Vergüenza en Hualpén


Lo sucedido en el último Concejo Municipal de Hualpén (13 de julio) dejó al descubierto lo que parece ser una organización informal de vecinos que planifican acciones concertadas, no sólo para defender de sus actuaciones al alcalde Marcelo Rivera, sino también para atacar, agredir, amenazar y amedrentar a todo aquel que se oponga a su inadecuada forma de gobernar la comuna.
La mayoría de los integrantes de este grupo, son dirigentes vecinales y de organizaciones funcionales, a quienes se les ha asegurado entre otras cosas, que de no seguir Rivera (o su hijo) en la alcaldía se terminarán todos los beneficios sociales que hoy entrega la Municipalidad hualpenina, tales como subsidios que provienen de acciones del Gobierno -cualquiera que éste sea-, o talleres que en todas las municipalidades se realizan como parte de la labor de las respectivas DIDECOs.
La sorpresiva concurrencia masiva al concejo de gran número de estos dirigentes y un beun número de funcionarios, tuvo un propósito claro, cual fue el de apoyar al Alcalde. Pero también evidenció que pudo tener un propósito calculado o concertado, cual fue el de atacar y agredir físicamente al concejal Gabriel Torres, y de paso, a su abogado Robert Contreras.
El concejal PS Luis Isla, al parecer también sorprendido por la concurrencia, esta vez sacó la voz para invitar a los vecinos "de ambos lados" a que continúen concurriendo a los concejos municipales, para que sepan y vean cómo es el trabajo en el Concejo.
Pero las agresiones ocurridas no dejan de ser un hecho lamentable que avergüenza a la comunidad.

Luis Tapia González

lunes, 11 de julio de 2011

Asombro, Temor y Esperanzas en Hualpén

En medio del caudal informativo acerca del caso “Marcelo Rivera”, hay un aspecto que a mi juicio no se ha mencionado en su debida dimensión, y que se relaciona con los sentimientos tan diversos de la comunidad hualpenina, que en general ha reaccionado con asombro y estupor frente a la llamada "Investigación Secreta" y a los allanamientos ordenados por la Fiscalía.
Se percibe aquí una mezcla de angustiosa compasión y alegría reprimidas por el temor frente a los repentinos y casi imprevistos acontecimientos, ya para nadie era desconocida la fuerza y energía del Alcalde, junto a su audacia y habilidad política como ha sido destacado en los medios.
Pero es necesario dejar de lado la hipocresía y el temor, para reconocer que ante lo ocurrido, también hay signos de esperanzas por parte de pobladores y dirigentes sociales que por años vienen sufriendo el verse rechazados y discriminados por no formar parte de las huestes partidistas o partidarias del Jefe Comunal.
La discriminación social es algo que –por lo complejo– no siempre es abordado por los medios, y es lo que ocurre en Hualpén, independiente de las razones para que los resultados electorales no se ajusten a esta realidad.
Porque hay barrios completamente abandonados, sin áreas verdes y que parecen potreros, por el sólo hecho de que sus dirigentes vecinales no están alineados políticamente con el Alcalde. Barrios a los que no se le entregaron juguetes para más de una navidad –castigando injustamente a decenas de niños– y que tampoco recibieron la misma ayuda que otros sectores cuando las necesidades eran iguales, con motivo del sismo del 27F.
Y es que su “meteórico ascenso político” lo ha hecho Rivera transitando por una calzada de doble vía, de modo que mientras ha tendido su mano a quienes le respaldan incondicionalmente, ha discriminado de manera increíble a quienes simplemente no son de su sector, o se han atrevido a criticarle, o más aún, han intentado combatir sus errores. Basta que una persona haya sido “marcada” por el Jefe, para que sus funcionarios municipales hagan lo propio.
Más allá de la cuestión financiera, como recursos no declarados o no invertidos, el trato y la discriminación social es una lacra que se espera comience a llegar a su fin.
Porque así como el Alcalde se jacta frecuentemente de haber luchado contra la “dictadura” militar, él mismo ha instaurado una forma “dictadura comunal” en Hualpén, como ha sido denunciado en más de una ocasión, pero casi en voz baja, tanto por pobladores como entre funcionarios municipales, profesores y trabajadores de la salud.
Todo Hualpén espera que lo ocurrido se aclare a la mayor brevedad, para seguir la vida cotidiana en tranquilidad y en procura siempre de una calidad de vida mejor.