TRIBUNAL SUPREMO DE RN CEDE A PRESIONES DE CARLOS LARRÍN Y CLAUDIO EGUILUZ

A última hora desconoció elección interna: Después de más de un año de tramitaciones la Corte Suprema de Justicia ordenó al Tribunal Supremo de Renovación Nacional, que cumpliera su obligación de calificar la elección interna de la colectividad llevada a efecto en la Región del Biobío en julio de 2012, en la que resultó ganador el empresario lotino Alejandro Sáez Iglesias. La decisión del TS dejó perplejos e indignados a militantes y dirigentes de la región que confiaban en el reconocimiento de la lista ganadora. Esa elección fue desconocida por el perdedor y entonces presidente regional, Claudio Eguiluz; se escondió gran parte de la documentación para impedir la labor del TS y con ello se permitió que la mesa central de la colectividad, que encabeza el designado senador Carlos Larraín, nombrara primero una directiva regional 'de facto', y luego a un presidente interino hasta el día de hoy. La semana pasada trascendió que en cumplimiento del fallo judicial el TS terminaría reconociendo el triunfo evidente de Sáez, pero su resolución fue una vez más "extrañamente" aplazada hasta ahora: el TS declaró 'nula' la elección interna, y ordenó repetirla en mayo... cuando corresponde en realidad renovar el nuevo período. A mi juicio, y coincidiendo con la de numerosos militantes de base, esto constituye una burla hacia quienes aún creyendo en el viejo pascuero no han renunciado a su militancia. Y curiosamente los medios de comunicación no han dado cuenta de los hechos, y no han sido eficaces en denunciar la gravedad de las acciones perpetradas contra la democracia al interior de esta colectividad de la política chilena... eluden la verdad amparando así a la cúpula partidaria que preside el senador designado Carlos Larraín, considerado el artífice de esta maldad que a su vez es producto de las pataletas de Eguiluz, quien perdió frente a Sáez, como perdió la diputación frente a Enrique VR luego de perder también la intendencia, a manos de JVR. Toda una farsa tramada, la que ha sido aceptada por militantes honestos (que aún no han renunciado) y por militantes entregados que han contribuido a ocultar esta cara oscura de la política chilena.